gaslighting

Gaslighting

Hoy en día es muy importante conocer las diversas formas que puede adoptar el abuso, y aunque usualmente viene a nuestra mente el tipo físico o sexual, el abuso emocional es igual de frecuente o incluso más habitual, y se debe poner especial atención en los patrones de comportamiento que pueden estar presentes y que atentan en contra de la integridad de la persona víctima de violencia. La manipulación emocional es un ejemplo de esta clase de abuso, y el gaslighting se encuentra dentro de este tipo de manipulación y sucede de forma más común de lo que se cree, presentándose tanto en relaciones de pareja como fuera de ellas.

El término gaslighting tiene su origen en una obra de teatro del mismo nombre del año 1938 y de sus posteriores adaptaciones cinematográficas de 1940 y 1944. La historia nos habla de un hombre llamado Gregory, este esconde objetos de su casa, haciéndole creer a su esposa, Paula, que ella ha sido la responsable, que pierde las cosas o las cambia de lugar, aunque ella no se acuerde, lo que la lleva a dudar acerca de su memoria y de su propio juicio, reforzando esa sensación el que, durante las noches, y mientras su marido sale, la luz de su lámpara de gas se debilite, pese a que no se enciende ninguna otra. Es Gregory quien manipula las luces de gas (subiendo o atenuando su intensidad) y le hace creer a Paula que el fuego sigue brillando en la misma intensidad que antes, Gregory hace todo esto para lograr que Paula se cuestione acerca de su salud mental, tratando de convencerla de que está loca y así poder quedarse con su fortuna.

Así pues, el gaslighting se puede entender como una forma de manipulación psicológica que consiste en hacer que la persona llegue a dudar de su capacidad para percibir la realidad, logrando de este modo anular de cierta forma su juicio y opinión y, con ello, darle mayor importancia al de la persona que la está manipulando. Llevado al extremo, la persona duda de su salud mental, ya que no sabe que creer y esto le aporta ansiedad, angustia, confusión, etc., llegando entonces a dejar de tratar de discutir y defender sus ideas, llevándolo a confiar toda autoridad en el otro, es decir, en la persona que manipula.

Hay que tener en cuenta que el gaslighting es una forma de manipulación sutil, por lo que hay que estar atentos a las características de una persona que llega a ejercerla: 

  • Miente continuamente, utiliza frases como “así no pasaron las cosas”, “te estas imaginando cosas”, la persona lo dice tan seguro que al final hace dudar al otro de la realidad que ha visto y se lo acabará creyendo.
  • Niega las cosas, “yo no he hecho eso”, “yo nunca he dicho eso”, “estás malinterpretando las cosas, no fue así”, niegan la realidad a pesar de que tengas pruebas. Lo repetirá tanto que la otra persona termina aceptando lo que dice el que miente con tal de no seguir discutiendo.
  • Durante todo el día hacen sentir al otro que exagera diciéndole cosas como “estás loco “, “te estas enojando por nada” pero, después, para compensar, tratarán de aminorar los efectos con frases como: “eres muy sensible”, ”ya cálmate, no hagas dramas”, “fue un chiste, no es para tanto”, “estás haciendo una tormenta en un vaso de agua “.
  • Son personas que saben cómo manipular, no solo a su víctima, sino que pueden mentir a todo su entorno para ponerlos en contra de la víctima, haciéndola quedar como conflictiva, inestable, problemática, ante los ojos de los demás.

Ahora bien, los efectos del gaslighting en una persona incluyen: el dudar sobre su memoria (cuestionándose si recuerda  o no de forma correcta los acontecimientos), el no confiar en su capacidad para razonar y tomar decisiones, por lo que busca ayuda en el criterio de los demás (sobre todo en quien la manipula, que le hace ver sus “errores”), la baja en el estado de ánimo, sintiéndose  inferior e insegura, cuestionándose todo el tiempo si es demasiado sensible y culpándose a sí misma por lo que siente o piensa, llegando a creer que, en efecto, son imaginaciones suyas, que no era para tanto y que debe incluso disculparse por su forma de ser y actuar. Es posible que la víctima de gaslighting llegue a asumir que tiene un trastorno psicológico que explique sus reacciones emocionales “exageradas”, o su manera de pensar alejada de la realidad. En lo social, puede que la persona tenga una percepción negativa de su círculo de amistades y familiares o incluso que ellos se hayan vuelto en su contra por influencia del manipulador, así que muy probablemente cada vez se relacione con menos gente.

Es muy importante tomar en cuenta que salir de una situación donde se vive esta clase de manipulación no es sencillo, pero, una vez detectadas las señales de que se está sufriendo este tipo de violencia, la persona debe buscar ayuda profesional para poder sentirse mejor. El equipo de Psicoterapia Integral Metepec está capacitado para auxiliar a la persona brindándole recursos que ayuden en la recuperación de su seguridad para que vuelva a confiar en sí misma, así como el incremento de su autoestima, y que, con una nueva perspectiva pueda reintegrarse de forma más positiva a su entorno.

 

Psic. Miriam Hernández Calvillo.

También te puede interesar...

Artículos populares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× Contáctanos por WhatsApp