El duelo se define como el proceso que se vivencia con las pérdidas, o la percepción de éstas en diferentes aspectos de la vida, es acompañado por componentes emocionales personales y por aspectos familiares, socioculturales, históricos y religiosos.
Aunque el duelo se asocia inmediatamente a la muerte, las pérdidas pueden ser muy diversas: rupturas de pareja, cambios de domicilio, cambios de estatus profesional, procesos de enfermedad o de merma funcional, entre otros y repercute a cualquier edad.
Elisabeth Kübler-Ross identifica cinco estadios que dan lugar a dicho proceso que no es lineal, quiere decir que estos momentos no necesariamente se atraviesan en orden y es probable volver a atravesar un estadio, lo que depende de cada persona.
- Negación: Corresponde a una sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una congelación de las emociones.
- Ira: Consiste en una reclamación continua que les impide despedirse adecuadamente de la persona u objeto amado. Se activan sentimientos de frustración y de impotencia.
- Negociación: Se comienza a contactar con la realidad de la pérdida al tiempo que se empiezan a explorar qué cosas hacer para revertir la situación
- Depresión: Se da el contacto con lo que implica emocionalmente la ausencia, lo que se manifiesta de diversos modos: pena, nostalgia, tendencia al aislamiento social y pérdida de interés por lo cotidiano.
- Aceptación: Estado de calma asociado a la comprensión, no sólo racional sino también emocional, de que la muerte y otras pérdidas son fenómenos inherentes a la vida humana.
Aunque el duelo es un proceso personal, también es importante su vertiente social, ya que se establecen rituales para canalizar el malestar emocional que permiten dar un sentido simbólico a la pérdida.
El duelo forma parte de la vida y es importante normalizarlo, sin embargo; puede volverse complicado existiendo: cuadros depresivos, conductas de huida de las emociones que el duelo genera a través del uso de alcohol u otras drogas, constante presencia de fantasías de reunirse con el ser querido buscando la muerte de forma pasiva o activa, incluso permaneciendo en el proceso por años, por lo tanto, es importante pedir ayuda al entorno y ayuda de los profesionales de salud mental.
Psic. Diana Saraí Alcalá Salinas.