La culpa en la maternidad es un tema tabú que afecta a la gran mayoría de las mujeres que emprenden en la carrera como madres. Las expectativas que la sociedad les impone, además de las expectativas que ellas mismas han adoptado de su propia familia, de la sociedad, hasta de las redes sociales, hace que la culpa aflore constantemente.
En este nuevo boom de la madre perfecta, la madre que lleva una crianza positiva, una crianza respetuosa, una crianza con amor, que no se enoja, que no se desespera, es paciente y amorosa incondicionalmente, además de multi task, una «mujer maravilla», una «madre maravilla», que cumple cabalmente con todos los roles que le son impuesto y que se impone a sí misma, al no cumplir aunque sea mínimamente con las expectativas impuestas, la culpa surge inminentemente.
La maternidad es un momento de cambios y de adaptación, hay cambios en la rutina, en la dinámica familiar, en el cuidado propio sin olvidar que la mujer pasa por momentos de reajustes hormonales, cambios físicos, dolor por las contracciones del útero posteriores al parto, probablemente dolor por una cesárea y este nuevo bebé ocupa gran parte del tiempo de esta mamá y es cuando puede iniciar el sentimiento de culpa, por sentirse cansada, sentir que no se puede con todo, por no saber si se esta haciendo lo correcto para el bebé, por no tener tiempo para el cuidado personal, para la pareja e incluso para los otros hijos, y que debe saber que hacer ante cada situación y resolverla, así como siempre debe de anteponer a su hijo ante cualquier situación o circunstancia.
Saber que un ser humano, tan pequeño depende completamente de su mamá para vestirse, alimentarse, sentirse seguro, y en general para cubrir sus necesidades hace que una mamá sienta mucha responsabilidad en sus manos.
El pensamiento de la mujer desde antes del nacimiento de su hijo está enfocado en hacerlo lo mejor posible, en darle lo mejor y cubrir todas las necesidades que el bebé presente y este pensamiento y deseo se vuelve más grande al nacer el bebé, aunado a las expectativas que socialmente se ha impuesto a ella misma, sin embargo, nunca se imaginó lo complejo que el nacimiento de un hijo sería y termina por empezar a “fallar” en cubrir las expectativas propias, de los otros hijos, de la pareja, de la familia etc.
En ocasiones este sentimiento es una autoevaluación, pero a veces es la sensación de sentirse juzgado por los demás.
La culpa persistirá después de darse cuenta que no puede con todo y que no es una “madre maravilla”, que no es una madre modelo y que siempre se le va a escapar algo. Y cuando trata de ser indulgente con ella misma, con pensamientos que contradicen los pensamientos que “debería” tener viene a la mente la creencia de que algo esta haciendo mal.
El nivel de exigencia que se autoimpone esta mamá, queriendo y tratando de ser y hacer lo mejor por sus hijos es tan elevado y severo, que termina por sentir culpa al no alcanzar los estándares autoimpuestos.
En otras ocasiones, mamá puede sentirse tan cansada y se da cuenta de que necesita reponerse, y conectarse consigo misma, procurarse, sin embargo, la sensación de culpabilidad surge nuevamente al sentirse egoísta e incumpliendo con lo esperado de ella.
El sentimiento de culpa muy probablemente afecte no solo a la madre, si no al vínculo y apego que pueda existir con su hijo, generando aún más culpa por estar “fallando” nuevamente. Y parece ser que esta sensación es inevitable e interminable en cada momento.
Pero… ¿Cómo afrontar la culpa?
Primero, comprendiendo que todas las madres son distintas, que cada una siempre hace su mejor esfuerzo con las herramientas que tiene y que por su puesto cada hijo es distinto, con personalidad diferente y con retos diferentes para cada mamá, cada familia es distinta y cada persona tiene un pensamiento y personalidad única, por lo tanto un actuar distinto.
Hay otras cosas como el reconocer que existe un sentimiento de culpa y cuando surge y que este es perfectamente normal, sabiendo que la mayoría de las madres lo experimentan y que se puede hablar al respecto por que no son las únicas que lo sienten.
Además de darse cuenta y reconocer que el ser madre es un aprendizaje continuo, un reto y que seguramente se equivocarán nuevamente, pero que podrán rectificar. Que existe tiempo para todo, y nos es necesario hacer todo al mismo tiempo, y sobre todo que son capaces y tienen la posibilidad de expresar los sentimientos que la nueva maternidad provoca.
Reconocer que existe el sentimiento de culpa no es incorrecto, es el primer paso para avanzar y hay veces que ese paso implica acudir con un terapeuta que pueda acompañarnos en este nuevo proceso que iniciamos para vivirlo plenamente, en Psicoterapia Integral Metepec, tenemos especialistas que pueden acompañarte en este proceso, la idea es disfrutar lo mas posible la maternidad, no idealizándola, sino viviéndola como nos toco afrontarla.
Mtra. Lizeth B. Ocampo S.