La violencia de pareja es cualquier conducta agresiva e intencional que se ejerce dentro de una relación de pareja en donde el agresor o la agresora y la víctima mantienen un vínculo sexo-afectivo y cuyo principal objetivo es ejercer control y poder sobre la víctima. Dentro de una dinámica relacional agresiva se desarrolla lo que conocemos como el ciclo de la violencia, en donde existe un patrón de conductas – etapas que lo conforman, éstas son: Acumulación de tensión, Estallido de violencia, Justificación y Luna de miel.
Fabio de 27 años lleva una relación de 11 meses con María, el menciona en consulta que él se ha alejado de sus amigos y de su práctica de basquetbol porque ella se lo prohíbe, sin embargo él cansado de esta situación constante de control decidió ir a su entrenamiento y al llegar a casa ella comenzó a insultarlo y a gritarle; cuando el intentó colocar un alto ella se le fue a golpes, Fabio menciona – “María se sale de control cuando las cosas no se hacen como ella quiere, y no es la primera vez que me golpea, ya no sé qué hacer, me avergüenza contárselo a alguien más…”
Cuando la violencia en una relación de pareja es ejercida hacia un hombre la problemática es estigmatizada debido a los estereotipos masculinos que se movilizan en la sociedad y contradicen la posibilidad de que un hombre sea víctima de violencia de pareja. Algunos de los estereotipos son:
- “El hombre es rígido emocionalmente”, por tanto, no debería afectar la violencia psicológica o emocional que se le ejerza.
- “Los hombres tienen mucha más fuerza física”, por lo que ser violentado físicamente por la pareja es interpretado como algo absurdo y humillante.
- “Los hombres no deben mostrar su vulnerabilidad”, por lo que hablar de lo que están viviendo pareciera no ser necesario.
Existe una tendencia a pensar que los hombres no pueden ser violentados mucho menos al ser su pareja mujer, cuando esto llega a suceder la problemática tiende a ser ridiculizada y minimizada, regularmente las víctimas masculinas no comparten con sus redes de apoyo lo que están viviendo, las instituciones gubernamentales en apoyo a la violencia intrafamiliar carecen de protocolos para la atención a la violencia hacia los hombres y el estigma social genera escrutinio interno y externo en la propia víctima, de manera interna las víctimas masculinas suelen sentirse avergonzados y culpables pues enfrentan sufrimiento emocional, confusión psicológica debido a la sensación de no ser “suficientemente hombre para defenderse” y todo ello limita la posibilidad de que pidan ayuda.
Estadísticamente no hay datos que visibilicen con certeza la problemática, pues el nivel de denuncia es muy bajo. La violencia hacia los hombres existe, es por ello que identificarla es sumamente importante.
Existen varios indicadores que nos pueden servir de apoyo para detectar si tu pareja esta teniendo conductas violentas, una de las herramientas con mayor funcionabilidad es el violentómetro, este recurso nos muestra algunas manifestaciones de violencia y la alerta o grado de riesgo en la que se encuentra la integridad del sujeto representado por tres colores. Para su uso es importante no justificar ni minimizar las conductas violentas que se detecten. La violencia no es justificable, mucho menos necesaria.
¿Qué hacer si identifiqué que soy víctima de violencia de pareja o familiar?
- Elimina los estereotipos masculinos: Existen estereotipos masculinos no saludables como los descritos anteriormente que pueden estar obstaculizando lograr salir de una relación violenta, estas creencias limitantes pueden confundirte emocional y psicológicamente y nublan tu capacidad para tomar decisiones asertivas. Por lo que eliminarlos y validar tu experiencia sin juzgarte por tu género será de mucha ayuda.
- Acércate a redes de apoyo saludables: Hablar con alguien acerca de la violencia que vives en tu relación puede venir acompañada de una sensación de miedo, vergüenza o culpa, es por ello que es indispensable identificar redes de apoyo empáticas que logren comprender el proceso por el que estas pasando y no obstaculicen tu avance, hablarlo es de suma importancia, y compartirlo con alguien que te brinde escucha activa y sin juzgarte es indispensable. Identifica si familiares o amigos reflejan empatía hacia estas problemáticas y acércate a ellos para dialogarlo en la medida que tu estes listo, o bien buscar alternativas con apoyo de la tecnología en grupos de acompañamiento que se encuentran en redes sociales dirigidos hacia hombres que también han sido víctimas de violencia en pareja favorecen una sensación de sentir que te comprenden sin ser juzgado.
- Acude a recibir apoyo y acompañamiento profesional: La intervención para el abordaje profesional de la violencia ejercida hacia los hombres ha avanzado en los últimos años, por lo que actualmente existen algunas instancias gubernamentales y privadas que brindan acompañamiento profesional para estos casos. Una de ellas es la Fundación ¿Y los hombres qué? A. C. y la Universidad Autonoma Nacional de México ofrece asesoría psicológica a través de la línea HÁBLALO 800 422 5256 y también esta disponible la Línea nacional para la violencia doméstica 800 799 7233. El acompañamiento profesional te brindará las herramientas necesarias para superar dicha adversidad y a su vez cursaras este proceso sintiéndote acompañado y comprendido.
Ser víctima de cualquier tipo de violencia no convierte al individuo en un ser débil o cobarde y es necesario desarrollar recursos psicológicos y emocionales para generar conductas de autocuidado que favorecerán su sano desarrollo. En psicoterapia integral Metepec te acompañamos de manera profesional y empática, recuerda que el silencio es el abono de la violencia, acércate con un profesional, no estas solo.
Psic. Gema Atenas González Hernández.