A lo largo de nuestra vida podemos encontrarnos con conflictos internos relacionados con cualquier esfera de la vida; bien sea en el trabajo, con los amigos, la familia, etc. Si tenemos en cuenta la complejidad del ser humano como individuo, podemos deducir que una relación de pareja puede conllevar ciertas dificultades que pueden, sin embargo, encontrar solución si tenemos motivación para el cambio.
En la fase de enamoramiento, vemos a nuestra pareja como un ser perfecto. Al principio, siempre se está de acuerdo con el otro y casi ni oponemos resistencia cuando llegamos al momento de tomar decisiones. No obstante, con el tiempo pueden surgir ciertos roces que pueden perdurar en el tiempo y llegar incluso a transformarse en una «bola de nieve» que puede menoscabar las base de una relación saludable.
Las parejas llegadas a esta etapa decisiva, en ocasiones, toman la decisión de encaminar su relación con la ayuda de profesionales de la psicología. Los profesionales especializados en las terapias de pareja podemos detectar el origen de la situación conflictiva y, con la ayuda de las personas implicadas, tratar de solventarla mediante ciertas pautas y técnicas que ayudan a entrenar comportamientos que evitarán futuras recaídas.
Problemas frecuentes en la relación de pareja
Los problemas más frecuentes con los que una pareja se puede encontrar son los causados por la falta de comunicación, lo que desemboca en desacuerdos y discusiones. Por otro lado, otra dificultad con la que puede encontrarse la pareja puede ser de índole sexual.
Con todo, los más recurrentes podrían ser los relacionados con la frustración porque la relación no corresponde a las expectativas de cada uno, los relacionados con la falta de control emocional (ira y celos) y los relacionados con la toma de decisión y la educación con respecto a los hijos. Sin embargo, cada profesional tiene sus casos recurrentes.
Objetivos de la terapia de pareja
Uno de los objetivos de la terapia de pareja es que el psicólogo pueda ayudar a encontrar el/los orígenes de la situación negativa en la que la pareja se encuentra. Luego podrá determinar cuáles serán los objetivos que deberán alcanzarse para proteger la relación. Este proceso no tiene una duración limitada en el tiempo puesto que dependerá fundamentalmente de la implicación de las parejas en la terapia y de los progresos que éstas hagan a lo largo de la misma.
A veces ambos miembros de la pareja pueden llegar a tomar la decisión de separarse; en este caso la ayuda profesional también es muy positiva, pues ayuda al afrontamiento de una nueva etapa en la vida de cada miembro.
Texto extraído de: https://www.psicoadapta.es