¿Es bueno o malo un cuchillo? De la misma forma podemos hacer la misma pregunta respecto a las redes sociales, ¿qué tan fácil es contestar esta pregunta? Pues es tan sencillo como decir que son una herramienta y depende del uso que se le dé. No podemos condenar una herramienta y estigmatizarla, más bien podemos hablar del uso que le da el portador.
Las redes sociales se han vuelto una necesidad indispensable y creciente entre todos nosotros pero especialmente en la juventud y niñez actual, pues son conocidas desde su corta edad y dominadas con facilidad, haciendo un múltiple y amplio uso diario de ellas; desde propósitos escolares, un rato de diversión y también una “salida fácil” para entretener a los niños cuando los tutores quieren un momento de tranquilidad.
El uso de estos portales al mundo deben ser con la responsabilidad y supervición constante innegablemente, es elemental el conocimiento de sus contraseñas y que el tutor maneje y entienda las aplicaciones en las que el menor está involucrado.
Podemos hablar de los peligros que existen en el internet: desde hackers, acosadores y defraudadores, por poner un ejemplo, que fácilmente se pueden disfrazar y mezclar, ganándose fácilmente la confianza de los incautos.
Sí no existe confianza ni comunicación entre tutores y menores habrá una brecha, la cual se vuelve terreno fértil para que otras personas le den esas carencias y suplan lo que en casa no encuentran, de esa forma gente con malicia encuentra cabida y se aprovecha de la situación.
Tampoco se trata de llegar a tener actitudes paranoicas e invasivas, se debe pretender generar valores de respeto a la privacidad pero explicándo y llegando a acuerdos, no se trata de tomar actitudes inquisidoras y autoritaritarias que repercuta irónicamente alejándose y acumulando más interés en “escapar” o encontrar un refugio en el ciberespacio o fuera de casa.
Usemos tiempo de calidad para buscar la confianza y la complicidad entre la familia, no solo “castigos” que generan sentimientos encontrados en nuestros niños y adolescentes, quienes sólo buscan atención y cariño de sus mayores.
Es nuestra obligación el apoyar y proteger el desarrollo integral de los futuros adultos del mañana, siendo necesaria la búsqueda de profesionales en el área y no caer en los extremos.
Mtro. César Luna