La mayoría de los seres humanos se preocupan por aparentar. Muchas de las veces son por el miedo al qué se dirá, o para evitar algún problema y en ocasiones se contienen en poder expresar los sentimientos que realmente están viviendo para evitar que la percepción que se tiene de ellos cambie para las demás personas.
El verdadero problema es cuando el mecanismo de defensa aparece evitando que se viva algún escenario frustrante, lo único que se logra es que se siga acumulando inconscientemente, y sea más complicado ponerle fin a la situación de una forma tangible. Se olvidan que el cuerpo sigue experimentando la emoción reprimida, y generalmente comienza a exteriorizar por medio de otro síntoma, normalmente en una forma negativa, afectando a su salud física y mental.
Uno de los efectos más comunes es la ansiedad. Cada vez que exista una amenaza en su entorno, sé manifiesta de forma física acelerando el ritmo cardiaco, algunas veces se muestra con falta de oxígeno, por consecuencia da inestabilidad, falta de concentración, mal humor, y pensamientos negativos.
Es importante conocerse para saber qué reacción tener cuando dicha situación aparezca, qué técnicas utilizar, evitando tener consecuencias más adelante. De tal manera se les hace la invitación para crear conciencia, consentirse y tomar un tiempo para sí mismo, asistiendo a terapia, donde podrás expresar tu sentir, escuchar tu cuerpo, aprender a soltar todo lo que te ha estado afectando, para ir reduciendo el sentimiento.
Recuerda que con pequeños cambios se obtienen grandes diferencias.
Mtra. Erika Servín Márquez