En la época actual el positivismo tóxico es de lo más común encontrar en redes sociales frases como: “Sonríe, todo estará bien” , “hay que vibrar alto” o “good vibes only”, junto con fotos de personas sonrientes, con rostros y cuerpos perfectos, con ropa bonita y accesorios de moda, teniendo de fondo los mejores paisajes, y lo que sucede es que, estar saturado con imágenes tan perfectas, supuestamente motivadoras, en las que cada escena representa la vida en su mejor momento, puede hacer que las personas, lejos de sentirse más alegres o motivadas, sean menos felices cuando comparan dichas imágenes con sus propias vidas. También llega a suceder que, dentro de la vida cotidiana, al platicarle a algún amigo o conocido acerca de estar pasando por un mal momento, donde la persona se sienta triste, enojada, preocupada, etc., quienes le rodean le lleguen a decir frases como: “no estés triste”, “vamos, sonríe, no pienses así”, “hay gente que la pasa mucho peor”, “podría ser peor, tienes que encontrarle el lado positivo», y aunque las personas digan este tipo de expresiones con la mejor intención, en realidad esto lleva a que el individuo se vea presionado a pensar de forma positiva todo el tiempo, de tal modo que busque darle un giro a todas las situaciones, incluyendo aquellas que puedan ser dolorosas y difíciles, evitando que exprese las emociones negativas que está sintiendo, reprimiéndolas para aparentar que “todo está bien”, a esto se le conoce como positivismo tóxico.
¿Que es el positivismo tóxico?
El positivismo tóxico se puede entender como la sobregeneralización excesiva de una visión optimista independientemente de la situación que suceda, es la tendencia a centrarse únicamente en las emociones positivas, ignorando o reprimiendo las emociones desagradables. La diferencia entre el optimismo y el positivismo tóxico radica en que el optimismo nos permite ver el mejor lado de las cosas y el aprendizaje que nos deja cada experiencia que atravesamos, pero no significa ocultar o no escuchar nuestras emociones, mientras que el positivismo tóxico lleva al límite esta visión optimista, minimizando las emociones negativas, tales como el enojo, la tristeza, la angustia, la frustración, etc.
¿Cual es el problema?
El problema radica en que el exceso de optimismo o el intento de represión de ciertas emociones no hace que desaparezcan, de hecho las intensifica, al negar las emociones negativas estas se pueden hacer más grandes, ya que estas solo se acumulan y no están siendo procesadas, esto puede llevar a la persona a presentar problemas de ansiedad, depresión o alguna enfermedad física, además, el positivismo tóxico invalida las verdaderas emociones del individuo, y lo hace sentir que no son correctas, provocando que se juzgue a si mismo por sentirse como se siente, también puede hacerle sentir culpa e incluso vergüenza por sus emociones, llevándolo a fingir que todo está bien y a guardarse sus problemas en lugar de buscar apoyo dentro de su entorno.
Hay que tener presente que las emociones desagradables forman parte de la vida, no podemos ni debemos intentar reprimirlas, al contrario, hay que aprender a entender qué quieren decir nuestras emociones, escucharlas y reconocerlas, incluso si son negativas. Aprender a procesar las emociones nos ayudará a comprendernos a nosotros mismos y a los demás. El equipo de Psicoterapia Integral Metepec mediante la Terapia individual puede ayudar a las personas a gestionar sus emociones para mejorar y reforzar su autoconfianza a la hora de expresar lo que sienten y de este modo puedan asimilar de mejor manera las situaciones que atraviesen a lo largo de su vida.
Autor del articulo: Psic. Miriam Hernández Calvillo.