La sociedad mexicana se ha caracterizado por una diversidad de familias en su haber, donde predomina la familia extensa, y no es raro escuchar que viven juntos los tíos, abuelos, hijos, sobrinos y hasta parejas de cada miembro (además de añadidos extra).
Esto es debido a situaciones económicas y socio culturales intrínsecas en la misma cultura desarrollada desde hace décadas de nuestra nación. “Pues siempre la familia es primero”.
Llamadas “familias muégano”, o “nido repleto”, se convierten en un reto día a día, en el que el sistema funciona para contener y mantener a cada miembro dentro del complicado engranaje familiar.
Esto muchas veces es a resignación de alguno o varios de los miembros, y por el contrario, también de aquellos que quieren que a toda costa todo permanezca de esa forma, juntos y revueltos, siempre “apoyándose y priorizándose”.
Los problemas vienen cuando algún miembro pide su independencia o a la vez, un miembro nuevo aparece, una pareja por ejemplo. Entra en conflicto y dilema cada miembro, pues ¿cómo integrar o exiliar esta discrepancia? La comunicación es clave, pero, sobre todo, el “lenguaje interno”, pues no todos son asertivos, ya que siempre cada sujeto y su familia tienen formas de pedir o exigir las cosas, y muchas de esas veces es con acciones, no tanto con palabras.
No podemos forzar que las dinámicas de relación sean estáticas, siempre hay un cambio y en el mejor de los casos una evolución, la familia pasa por etapas y por más que se aferre, no se puede mantener inmóvil, aunque genere frustración.
Es importante identificar desde donde estamos pidiendo las cosas: desde la dependencia, desde el miedo, desde la soledad, etc. Y sobre todo cómo lo estamos pidiendo: con chantajes, malos tratos, desaprobaciones, y la lista sigue.
Las familias que parecen disfuncionales funcionan a su manera peculiar, aunque estén pegados peleando pero juntos al fin y al cabo. Son hábitos y costumbres que sí o sí se deben cuestionar pensando siempre en mejorar.
Dejar ir y empoderar a los miembros es vital, pues por más que intentemos ir todos a una misma dirección, eventualmente cada uno debe seguir sus propias metas individuales. No es fácil ni un camino claro, pero siempre es importante escuchar y tratar de empatizar entre los miembros y también buscar ayuda profesional para lograr esta preciada estabilidad familiar, y en Psicoterapia Integral Metepec, te podemos ayudar.
Psic. Cesar Luna