La ansiedad como motivo de consulta terapéutico

La ansiedad como motivo de consulta terapéutico

La ansiedad es una respuesta fisiológica completamente normal, que todos los humanos llegamos a presentar ante alguna situación desconocida y que nos causa incertidumbre o ante alguna situación desagradable que tenemos que enfrentar, sin embargo, desaparece después de ocurrida la situación que era fuente de estrés. 

Esta emoción resulta muy útil ya que nos permite adaptarnos y en dado caso lograr sobrevivir ya que se entra en un estado de alerta físico y psicológico. 

A veces la ansiedad se puede confundir con el miedo y con la angustia ya que tienen manifestaciones parecidas, sin embargo, son diferentes, en todos los casos se aprecian pensamientos de peligro, sensaciones de aprensión; se diferencia del miedo, ya que este es una perturbación cuya presencia se manifiesta ante estímulos presentes, la ansiedad se relaciona con la anticipación de peligros futuros, indefinibles e imprevisibles (Marks, 1986).

La ansiedad como ya se refirió es un estado de alerta, sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, que resultan excesivos y persistentes.  La ansiedad patológica se caracteriza por una ansiedad persistente e irracional que no desaparece incluso después de que la situación estresante ha pasado.

Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad se dan episodios repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que alcanza su máximo en una cuestión de minutos. 

Esta sensación de ansiedad y pánico interfieren indudablemente con las actividades diarias, son difíciles de controlar y llegar a la calma o a un estado de control resulta complicado, son desproporcionados en comparación con el peligro real (a veces solo de imaginar o ver una imagen puede causar esta reacción) y pueden durar un largo tiempo. Con el propósito de prevenir estos sentimientos, también es probable que se trate de evitar ciertos lugares o situaciones. 

Los síntomas pueden empezar en la infancia o la adolescencia y continuar hasta la edad adulta.

Pueden existir diferentes tipos de síntomas que pueden ser conductuales, emocionales, cognitivos y físicos, entre los que se encuentran: temblores, sudoración, llanto, dificultad para socializar, evitación de lugares o situaciones, dificultad para concentrarse, dificultad para tomar decisiones, irritabilidad, aislamiento, cambios en la alimentación y patrones de sueño, , vomito o nauseas, diarreas o estreñimiento, tristeza, cambios en sus relaciones familiares y sociales, procrastinación, miedo de perder el control o volverse loco, dificultad para realizar tareas que antes parecían sencillas, alteración en la respiración, fatiga, hiperactividad o inquietud motora, entre otros síntomas que pueden presentarse. 

La frecuencia, y la duración de estos episodios puede ir en aumento si no es tratada esta ansiedad desde etapas tempranas. 

Pero ¿Qué provoca que una persona pueda tener ansiedad y otras no? Pues existen varios factores que pueden intervenir en este hecho, desde características de la propia personalidad de la persona, un probable desequilibrio químico en el cerebro específicamente en los neurotransmisores, exposición a un evento traumático, se puede relacionar con el consumo de alcohol y algunas sustancias como drogas o medicamentos, factores ambientales como problemas familiares o situaciones laborales, exposición prolongada a situaciones estresantes, incluso tener algún familiar que haya sido diagnosticado con ansiedad puede ser un factor para desarrollar ansiedad.    

Es importante atenderse siempre que se sientan algunos o varios de estos síntomas, ya que se sabe que muchas de las personas que sufren trastornos de ansiedad puedan sufrir también depresión, si bien no sucede en todos los casos y entre ambos comparten algunos síntomas, la sensación de ansiedad no resulta agradable y puede incluso llegar a ser incapacitante, en definitiva, trastoca la vida de una persona. 

Hay dos tipos de tratamientos que según la gravedad del caso pueden ir acompañados, el primero es terapia psicológica y el segundo es tratamiento farmacológico, sin embargo, siempre es importante acudir con un especialista de la salud mental y en Psicoterapia Integral Metepec contamos con especialistas que pueden ayudarte y acompañarte en este proceso, es importante que sepas que no estás solo y que esto puede llegar a mejorar tu calidad de vida. 

Bibliografía 

Marks, I. (1986). Tratamiento de neurosis. Barcelona: Martínez Roca. 

Mtra. Lizeth B. Ocampo S.

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