La separación de una pareja es un evento de profunda trascendencia que afecta a todos los miembros de la familia, alterando significativamente las dinámicas familiares y personales. Este proceso no solo implica la disolución de la relación entre los adultos involucrados, sino que también genera un impacto considerable en la estabilidad emocional y psicológica de los hijos. Para la pareja, la separación puede significar una serie de desafíos emocionales, como el duelo, la frustración y el estrés, mientras se enfrentan a la necesidad de redefinir sus identidades individuales y su futuro. Simultáneamente, los hijos pueden experimentar una serie de emociones complejas y difíciles de manejar, ya que ven cómo su estructura familiar se transforma de manera abrupta. La manera en que se maneje esta transición puede determinar la magnitud del impacto en todos los afectados. En este contexto, es crucial que los padres tomen medidas para proteger y cuidar la salud emocional de sus hijos. El presente artículo explorará la importancia de cuidar la estabilidad emocional de los hijos durante el proceso de separación y proporcionará estrategias efectivas para ayudar a los hijos a navegar por esta transición de manera saludable.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la separación de los padres es un evento que no solo altera la dinámica diaria del hogar, sino que también puede desencadenar una serie de emociones complejas y desafíos en el desarrollo de los hijos. Desde la tristeza y la confusión hasta la ansiedad y la inseguridad, los efectos de la separación parental pueden variar ampliamente dependiendo de múltiples factores, incluyendo la edad del niño, su temperamento, y la manera en que los padres manejan la transición. Entender el impacto de la separación en los hijos es crucial para proporcionar el apoyo necesario y mitigar los efectos negativos, promoviendo así su bienestar emocional y desarrollo saludable. A continuación, hay algunas áreas clave donde los hijos pueden verse afectados:
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- Emocional: Los hijos pueden experimentar una amplia gama de emociones, incluyendo ansiedad/estrés, debido a la incertidumbre sobre el futuro y la ruptura de su entorno familiar, así como enojo, frustración hacia uno o ambos padres por la situación. Aunado a ello, la separación puede provocar sentimientos profundos de tristeza y, en algunos casos, llevar a la depresión al niño o adolescente.
- Psicológico: La inseguridad y el miedo al abandono son comunes entre los hijos cuyos padres se están separando. Pueden sentirse culpables y pensar que de alguna manera son responsables de la separación. También pueden experimentar confusión, especialmente si hay cambios en la custodia o en las relaciones con ambos padres.
- Académico: El estrés emocional puede afectar negativamente el rendimiento académico. Los niños y adolescentes pueden tener dificultades para concentrarse en sus estudios y experimentar una disminución en su rendimiento escolar. De igual manera, pueden surgir problemas de conducta en la escuela, como rebeldía o falta de motivación e interés en las actividades escolares.
- Social: Algunos niños y adolescentes pueden retraerse socialmente y evitar interactuar con sus compañeros, mientras que otros pueden exhibir comportamientos agresivos o desafiantes. Además, las relaciones con amigos y compañeros pueden verse afectadas en algunos casos debido a cambios de vivienda o escuelas.
- Conductual. Algunos niños pueden manifestar su frustración y enojo a través de conductas agresivas o desafiantes, tanto en casa como en la escuela. También pueden presentar cambios en los hábitos de sueño, alimentación y otras rutinas diarias.
- Familiar. La nueva estructura familiar requiere ajustes y adaptaciones, lo que puede ser un proceso difícil para los hijos. En este proceso, la relación con cada uno de los padres puede cambiar, ya sea fortalecerse con uno y debilitarse con el otro, o viceversa. De igual forma, las relaciones entre hermanos llegan a verse afectadas, ya que los hijos pueden tener diferentes respuestas emocionales a la separación.
- Económica. La separación puede afectar la situación económica familiar, lo que puede influir en el acceso a recursos y actividades extracurriculares. También pueden ocurrir cambios en el estilo de vida, como mudanzas a hogares más pequeños o la necesidad de adaptarse a una nueva situación financiera.
- Legal. Las decisiones legales sobre división o cambio de custodia y visitas pueden generar estrés adicional para los hijos, ya que deben adaptarse a nuevos horarios y rutinas. En algunos casos, los hijos pueden ser llamados a participar en procedimientos legales, lo que puede ser una experiencia estresante y confusa para ellos.
Como podemos observar, hay muchas áreas en la vida de los hijos que se ven afectadas derivado de la separación de los padres, por lo que abordar estos impactos de manera proactiva y con sensibilidad es esencial para ayudarlos a manejar la separación y minimizar los efectos negativos a largo plazo. Para ello, es importante implementar una serie de estrategias que ayuden salvaguardar la estabilidad emocional de los hijos durante el proceso de adaptación a la nueva realidad de la familia, entre dichas estrategias, enlistamos las siguientes:
- Comunicación abierta y honesta: Es fundamental que los padres mantengan una comunicación abierta y honesta con sus hijos sobre la separación. Explicar la situación de manera adecuada a la edad del hijo y responder a sus preguntas de forma clara y sincera puede aliviar gran parte de su ansiedad y confusión.
- Validación de emociones: Los hijos necesitan saber que está bien sentir lo que están sintiendo. Validar sus emociones y asegurarles que es normal sentirse tristes, enojados o asustados ayuda a que se sientan comprendidos y apoyados.
- Rutinas y estructura: Mantener las rutinas diarias lo más constantes posible proporciona una sensación de estabilidad y seguridad. Las rutinas ayudan a los hijos a saber qué esperar y les proporcionan un sentido de normalidad en medio del cambio.
- Tiempo de calidad: Pasar tiempo de calidad con los hijos es crucial durante el proceso de separación. Participar en actividades que disfruten juntos y mostrarles amor y atención les asegura que siguen siendo una prioridad y que su bienestar es importante.
- Cooperación entre padres: Siempre que sea posible, los padres deben trabajar juntos de manera cooperativa y civilizada. Evitar discusiones y conflictos frente a sus hijos es esencial para proteger su bienestar emocional. Presentar un frente unido y demostrar que ambos padres siguen comprometidos con su bienestar puede proporcionarles un sentido de seguridad.
- Apoyo familiar: El apoyo de la familia extendida, amigos y la comunidad también puede ser beneficioso. Tener una red de apoyo sólida puede proporcionar a los hijos un sentido de pertenencia y seguridad adicional.
Así pues, podemos concluir que la separación de los padres es un proceso difícil para todos los involucrados, pero especialmente para los hijos. Proteger y cuidar su estabilidad emocional durante este tiempo es crucial para su bienestar presente y futuro. A través de una comunicación abierta, validación de sentimientos, mantenimiento de rutinas, tiempo de calidad, cooperación entre padres y apoyo familiar, los padres pueden ayudar a sus hijos a navegar por la separación de manera saludable. Al hacerlo, no solo mitigan los efectos negativos inmediatos, sino que también preparan a sus hijos para enfrentar futuros desafíos con resiliencia y fortaleza emocional. En muchos casos, puede ser útil buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Un proceso psicoterapéutico individual y/o familiar puede proporcionar un espacio seguro para que los padres e hijos expresen sus sentimientos y aprendan a manejarlos de manera saludable. En Psicoterapia Integral Metepec, contamos con especialistas que pueden ayudar a las personas para desarrollar habilidades de afrontamiento, validar sus emociones, mejorar la comunicación familiar, así como orientación para generar estrategias de adaptación y nuevas dinámicas de convivencia saludable, fomentando una relación respetuosa entre los padres y que esto tenga un impacto positivo en la vida de los hijos y la familia en su nueva realidad.
Psic. Miriam Hernández Calvillo.