La ley del hielo es la acción que se hace de forma consciente o inconsciente para afrontar conflictos cuando se está enojado con sus hijos u otro adulto, ignorando y castigando con silencio, bloqueando todas las vías de comunicación, con indiferencia, actuando con frialdad, distanciamiento físico y emocional por conductas inadecuadas para que sea imposible a la otra persona contactar con él. Hay que enfatizar que esta acción no es lo mismo cuando se quiere marcar límites a una persona y para el propio bien es mejor alejarse de ella, dejándole claro que ya no se puede propasar o ya no se le quiere en vida. En cambio, la ley del hielo normalmente es por enojo o berrinche por una persona que no sabe gestionar sus emociones y no tiene las herramientas adecuadas para comunicar de forma asertiva su molestia o la crisis que está viviendo, por lo tanto, restringe la comunicación temporalmente sin dejar en claro a la otra persona el por qué. Esto no significa que no se puedan molestar o alejarse, pero la ley de no es la forma correcta para arreglar el problema.
¿Cómo impacta y afecta a los niños la ley del hielo?
Posiblemente los padres de familia podrían usar la ley del hielo con sus hijos de forma habitual y automática, posiblemente por cuestiones de conductas aprendidas por sus propios papás cuando eran niños siendo una forma pasivamente violenta psicológicamente, porque anula y devalúa el valor de una persona sobre todo en los menores de edad que dependen de la atención, y el cuidado de sus progenitores para su sano desarrollo. Esta medida es un momento de mucho dolor para ambas partes, sin darse la oportunidad de poder expresarse su sentir, ni escucharse, mucho menos poderse disculparse. El problema es que esta técnica tampoco es positiva, por lo tanto, las consecuencias que se les provocan a los niños es sentirse rechazados, incomprendidos, por lo que suelen aislarse creyendo que son responsables del comportamiento inadecuado de otro individuo, generándole sentimiento de culpa, inseguridad y confusión, dañando su autoestima y bienestar emocional.
Si se dejara por un lado la ley del hielo y se enfocaran en construir relaciones sólidas y saludables en familia, donde existe el diálogo y respeto mutuo, manteniendo comunicación abierta, brindando apoyo, escuchando las preocupaciones de su hijo y empatizando con sus emociones, para que juntos busquen soluciones por medio de acuerdos para así gestionar las diferencias logrando tener una comunicación activa por medio de la empatía. También se vale pedir tiempo cuando es necesario, posiblemente pueden ser minutos, horas, incluso hasta días para poder reflexionar y poder llegar a una solución mutua sin dejar el problema y a la otra persona en el abismo.
La responsabilidad como madre y padre es guiar a sus hijos para resolución de conflictos y enseñarle habilidades para enfrentar situaciones difíciles, por medio de una comunicación abierta y afectuosa.
Recuerden que sus acciones les generan un impacto a los menores, así que busquemos que sea de forma positiva, sobre todo porque los ven como modelos a seguir, y si suelen utilizar la ley del hielo como una forma de manipular u controlar, es probable que de igual manera lo haga con sus relaciones interpersonales. Por eso hagan consciencia de su comportamiento para que pueda cultivar ejemplos positivos de comunicación que se sienta seguro y valorado de forma respetuosa con vínculos amorosos.
En Psicoterapia Integral Metepec se cuenta con terapeutas especializados en dichos temas para brindar herramientas necesarias para construir un entorno de crianza positivo y enriquecedor, y se pueda generar un ambiente con amor y comprensión, cuidando el corazón y salud mental de su pequeño.
Lic. Erika Servín Márquez