Si alguna vez te has preguntado cómo acompañar a tus hijos cuándo sienten miedo, aquí te encontrarás algunas respuestas.
El miedo es la emoción natural que se identifica cuando te sientes amenazado o en peligro, puede ser real o no. Así como los adultos podríamos tener miedo a una nueva etapa en nuestra vida como, por ejemplo, un cambio de ciudad, de trabajo e incluso decidir hacer una inversión, podría preocuparnos el hecho de lo que va a pasar después, si van o no a funcionar las estrategias que hemos planeado o desarrollado. Así mismo, el niño puede tener la misma percepción de miedo que un adulto, aunque con diferentes circunstancias.
Todos los niños experimentan temores en sus etapas del crecimiento y es normal, ya que comúnmente estos son procesos adaptativos, eso quiere decir que pueden tener miedo a las nuevas circunstancias y a lo que les rodea, como a ruidos extraños, personas desconocidas, o incluso la separación de sus padres, etc. Desafortunadamente, a veces minimizamos sus sentimientos porque sabemos que en algunos escenarios sus miedos no son reales, pudiendo parecer incluso que son absurdos.
Es normal que el miedo produzca sensaciones físicas, como el llanto, cambio de ritmo cardiaco, sudoración en el cuerpo, etc. para ello es recomendable ayudar al menor para que aprenda cómo tranquilizarse a sí mismo, logrando así, que regule las sensaciones y emociones que está experimentando.
¿Cómo lo puedes ayudar?
En esos momentos necesita sentirte a su lado, física y emocionalmente, se amable y paciente, empatiza con su miedo, podrías decirle “estoy contigo”, transmítale tranquilidad, hazlo sentir seguro y a salvo junto a ti. Acompáñalo en su miedo. Una vez en calma, sin la emoción desbordada, podrá ver la situación de otra manera y ser más objetivo con sus percepciones. Estando en tranquilidad, juntos podrán detectar con precisión qué fundamenta sus temores.
Si la desconfianza de tu hijo hace que se ponga tenso, acompáñalo con estrategias de relajación para ayudarle a volver a la calma, enséñale a realizar respiraciones profundas, hacer una actividad que le relaje, como colorear, escuchar música tranquila, etc. Es importante dejar a un lado la posición del adulto que piensa que el miedo que está viviendo tu hijo no tiene sentido. Hay que entender que, para él, el miedo es real. Para que sienta que estás comprendiéndolo, evita decir frases como “eso no da miedo”, “es algo sin importancia”, lo facilitará la expresión y la comunicación activa, generará confianza y comodidad, sin sentirse juzgado. Pregúntale a qué le teme, escucha con mucho respeto lo que te comparte. Si al menor se le dificulta contarte, porque para él es muy intenso lo que le está sucediendo, puedes invitarlo a que te dibuje su miedo, eso le ayudara a exteriorizar su emoción. Una vez que tú comprendas mejor la situación que teme, podrás apoyarlo a buscar juntos soluciones para pueda sentirse seguro y preparado para poder superarlo.
Es primordial que tú compañía lo haga sentir valiente. Anímalo a que juntos comprueben de dónde proviene su temor, los ruidos extraños, las sombras, etc. y a encontrar soluciones que le brinden seguridad para hacer frente a su temor, de ser necesario.
Poco a poco, con tu presencia, paciencia y contención, tu hijo se sentirá protegido y descubrirá que sus miedos desaparecerán en la medida en la que se sienta seguro y capaz de resolver las situaciones que se le presenten. En conclusión, los miedos en la infancia son muy comunes, recordemos que nuestros hijos están aprendiendo a gestionar sus miedos y necesitan de nuestra ayuda empática para que logren superarlos, la clave es hacerlo con mucho amor, comprensión y paciencia.
En Psicoterapia Integral Metepec, contamos con profesionales capacitados para acompañarte a ti y tus hijos en el aprendizaje de estrategias para gestionar adecuadamente sus miedos y emociones.
Psic. Erika G. Servín Márquez