Desde años atrás se ha usado el miedo, castigo, chantajes, rechazo etc. para educar a los menores, siendo algo tradicional heredado de generación en generación, aunque en algunas ocasiones puedan dar resultados en corto plazo, creyendo que lo hacen por respeto, pero no es así solamente actúan por temor y generando efectos negativos en ellos, sobre todo en su desarrollo emocional sano.
El miedo es una emoción natural caracterizada por un sentimiento intenso y desagradable que se experimenta ante un peligro real o imaginario. El resultado suele ser huir del riesgo, tratar de evitarlo o luchar contra la causa del peligro.
Los padres que educan de manera autoritaria hacen que sus hijos sean dependientes y temerosos, hacia nosotros o hacia cualquier situación.
La crianza por miedo es la tendencia de los padres autoritarios a establecer reglas estrictas y esperar a que sus hijos las cumplan. Si los niños no las cumplen, eventualmente amenazarán verbalmente al menor con severos castigos físicos o emocionales. Con el propósito de infundir miedo para tener el control de que obedezcan sin cuestionar, provocando un cambio, pero no está motivado por el convencimiento racional del por qué lo tiene que hacer. Creando dependencia y temor hacia nosotros o de cualquier situación.
Lamentablemente, a medida que el niño crece, la cantidad de miedo aumenta en violencia verbal, física y emocional, para que exista el resultado deseado por los padres.
Consecuencias negativas de educar con miedo:
1.- La ansiedad y el estrés, se desarrollan en el cerebro de los niños cuando se preocupan constantemente por cómo reaccionarán sus padres cuando cometan un error o sientan emociones que no aprueban.
2.- Sentirse inferior y con baja autoestima, existen cuando los niños son constantemente criticados o regañados, comienzan a sentir incapaces de no poder de hacerlo mejor y su sentido de valor se ve afectado negativamente.
3.- Falta de confianza, donde los menores pueden sentir que es mejor ocultar sus opiniones y reprimir sus emociones por miedo a las reacciones de sus padres, lo que los lleva a creer que no merecen ser escuchados y se les dificulta tomar sus propias decisiones.
4.- La conducta de evitación, cuando los niños temen ser castigados por sus errores, pueden verse tentados a eludir la responsabilidad y evitar enfrentar los problemas.
5.- El reesentimiento y rebeldía, los niños pueden volverse hostiles o desafiantes cuando se sienten amenzados o por la opresión de los padres que intentan controlar por medio del miedo.
6.- Las relaciones sociales y afectivas, donde los niños pueden tener problemas para desarrollar relaciones sanas por la desconfianza y miedo a la crítica. También pueden portarse de manera agresiva con sus parejas imitando el comportamiento de sus padres durante la infancia.
7.- Inhibir el pensamiento creativo, donde el miedo constante puede limitar la capacidad de los niños para explorar nuevas ideas y enfoques. La creatividad puede ser suprimida debido al temor a equivocarse.
8.- Falta de autonomía y automotivación, cuando la motivación proviene principalmente del miedo al castigo y no del interés genuino, los niños pueden carecer de la motivación interior para aprender y crecer.
9.- Idea errónea del poder, los niños que crecen con miedo pueden desarrollar una visión distorsionada del poder y la autoridad, asociando la influencia con el miedo en lugar de respeto y comprensión.
10.- Ausencia de empatía, presentan dificultades en situaciones empáticas, teniendo conductas disruptivas en sus entornos, porque en casa son sumisos y al momento de salir al exterior expresan su frustración de forma agresiva con los demás.
11.- Repetir el ciclo, en el momento que el menor experimenta una crianza basada en el miedo pueden replicar este patrón en la vida adulta cuando se convierten en padres, lo que lleva a un ciclo perpetuo de conductas dañinas.
12.- Necesidad de aprobación, habiendo intolerancia al rechazo, comienzan a desear ser aceptados, buscando cumplidos y validación externa por parte de los padres u de otras personas.
Es importante concluir que los responsables de la educación de los hijos, normalmente son los padres de familia, por lo tanto son modelos ante los ojos de los menores, donde los tomaran de ejemplo para su forma de actuar ante el otro. Cuestiónense de que manera quieren ser reflejados por medio de sus hijos.
Los niños no ocupan padres perfectos, pero si padres dispuestos a cambiar, aprender y crecer juntos, por eso en psicoterapia integral Metepec ofrecemos herramientas para una mejor relación con los hijos, donde les puedan aportar seguridad y equilibrio emocional.
Psic. Erika Gpe. Servín Márquez.